domingo, 16 de diciembre de 2018

Oscilaciones sobre la Realidad


No es fácil que Slavoj Zizek sonría. Mucho menos que su mirada muestre atisbos de esperanza pero... ¡es el caso de la fotografía! 




¿Quien es Zizek?  Un filósofo e investigador esloveno cuya provocación coloca titulares como churros en la tibia prensa intelectual caracterizada por una mesura que solo busca el disparo al medio, ese lugar en el que se encuentran las mayorías que votan y compran periódicos, tuitean y consumen.  La realidad está al otro lado de la conveniencia.

Algunos equipos del sector industrial con los que trabajo me contratan porque quieren mejorar su realidad (productiva o social). La realidad es lo que se muestra (lectura de primer nivel) más el atento análisis de las causas (lectura de segundo nivel), -afinando la escucha a las "señales bajas" que orientan la búsqueda de soluciones relevantes-.

La mejora de una empresa empieza por el diagnóstico o reconocimiento de la realidad-verdad, ese poliedro de factores que determinan la foto estática de una organización-comité de dirección-equipo en un momento de su historia.




Digamos que me contratan para ofrecer feedback honesto como observadora externa senior entrenada en separar el grano de la paja. Pudiéramos pensar que me pagan para capturar la realidad que acontece y, sin embargo, conviene moverse con cautela entre lo que un sistema productivo puede absorber sin desestabilizarse y la necesaria agitación para el cambio.

Afirma el filósofo esloveno que vivimos en una sociedad de "... ciudadanos dormidos a los que hay que despertar..." y añade: "... el pensamiento crítico duele, provoca, pero pone en la pista de soluciones...".

No renuncio al ejercicio de la ética en mi trabajo entendida como decir al cliente-empresa aquello que (en mi modestia) veo tras concienzudo análisis de datos y evidencias. Y -como Zizek- entiendo que mi libertad consiste en decir a los propietarios y directivos lo que con frecuencia no quieren oír.

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