domingo, 9 de diciembre de 2018

¿Qué son las "mariposas del alma"?



Vivo y viajo en modo contemplación. Sea por trabajo o placer no renuncio al disfrute del camino, porque el camino ¡es lo que importa! Esta elección me permite mantener (un poco) la mirada curiosa ante lugares, personas, empresas y equipos, esa especialidad que me apasiona y propicia algunos de mis viajes de trabajo.

Fuerte olor de almendras garrapiñadas al descender del autobús que conecta el aeropuerto de Granada con la capital. Intensa emoción ante la amabilidad extrema de los transeúntes a quienes pregunto por una galería de arte, una churrería realmente buena, o un estanco para comprar sellos. Me dicen que casi nadie envía ya postales a sus familiares y amigos, a mi me gusta mucho recibirlas así que sigo con ese ritual antiguo.





En la vorágine de mis jornadas de trabajo saco tiempo para sentarme a pensar en la mejor cafetería de la ciudad -la del Melia Granada- donde gasto dos euros en un agua mineral con gas mientras oigo música clásica y algunas conversaciones de lugareños adinerados. 

Contemplar. Pensar. Parar. Escribir. Leer. Después de Granada voy a trabajar a Zaragoza, leo que Ramón y Cajal -un maño de pro- ganó el Premio Nobel en 1906 por el descubrimiento de las neuronas a las que llamaba las "mariposas del alma" ¿puede existir una expresión más hermosa?  Marco con rotulador naranja el párrafo en el que el propio Ramón y Cajal dejó escrito: "... Todo hombre puede ser -si se lo propone- escultor de su propio cerebro...". 


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