Mantengo un ojo avizor en el presente y otro en el mañana. En el presente me paso seis horas al día al frente del ordenador apoyando a mis clientes-empresa en el desafío de Liderar en Remoto. Para el futuro construyo método para la reinvención empresarial y profesional que todos tendremos que afrontar.
Pedaleo con intensa serenidad y -aunque no atisbo el horizonte (no hay fecha, dato o ley permanente en el caos)- trabajo como un castor que construye un dique de contención que salve lo máximo de las industrias, comercios e instituciones que he aprendido a amar y a las que debo lo aprendido de management en los últimos veinte años.
Es el momento de devolver con generosidad pero sobre todo con precisión y lucidez. En los comités de dirección en los que participo ¿por qué nunca incluímos un KPI de riesgo que aludiera a un virus? Porque lo invisible no cuenta, ni en positivo ni en negativo. ¡Hombres de barro!
Atesoro muchos aprendizajes para el día de después cuando empresas y trabajadores tengamos que reinventarnos profesionalmente. Ahora toca Liderar en Remoto, un desafío colosal. Sigo con la tarea...
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