lunes, 28 de septiembre de 2020

Mentoring: la magia de desarrollar a otros


A veces recibo encargos desafiantes... ¡son los mejores!: me confrontan conmigo misma y obligan a movilizar todos mis recursos. La semana pasada el Director General de una compañía en la que trabajo desde el 2019 me pidió que redactase un manual de mentoring interno para el grupo empresarial que lidera. La idea es que los directivos de primera línea desarrollen a los profesionales junior de alto potencial...

Entiendo el por qué y el para qué de la solicitud... pero el Director General no es consciente de que me está pidiendo que redacte un ensayo en toda regla, je je... 

Ilusionada con la idea he comenzado a reflexionar sobre el acto de desarrollar a otros, lo que genéricamente denominamos mentoring. Hoy comparto parte del capítulo primero y me gustará mucho conocer su opinión ya que me ayudará a completar el encargo.




¿Qué es un mentor? una persona que desarrolla a otra, un profesional que transfiere conocimiento y experiencia propios sin ahogar el estilo, ritmo y personalidad del pupilo. Conviene realizar la transferencia de la manera más neutra posible: sin proyectar en el mentorizado el propio "mapa existencial".

El mentor pone al servicio del pupilo los conocimientos, la experiencia y los contactos que ha sido capaz de atesorar durante décadas. En este sentido, el acto de mentorizar dota al pupilo de dos valiosas ventajas competitivas: por un lado, le aporta atajos en el desempeño y por el otro le evita algunos errores de novato. Ambas cuestiones facilitan el logro de objetivos profesionales que acaso deriven en una promoción.

La mentorización precisa que ambas personas confíen el uno en el otro, y exige cualidades éticas y morales tales como la generosidad (del mentor) y la humildad (del pupilo). Ambas virtudes (generosidad y humildad) resultan exóticas en el mundo empresarial contemporáneo. Si pudiera añadir dos cualidades más creo que tendría sentido hablar de solidaridad del mentor y de gratitud del pupilo. 

El ejercicio de mentoring puede florecer si el mentorizado respeta genuinamente al mentor y admira algunas de sus cualidades. Por su parte el mentor también ha de respetar al pupilo y ser capaz de ver en el presente el despliegue del potencial del futuro.




Finalmente alcanzo la conclusión parcial de que el mentoring profesional (entre seniors y juniors) se asienta sobre un acto de fe y apoyo (acaso incondicional) a otro ser humano con quien no tenemos vínculo familiar. Continuará...

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