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lunes, 24 de febrero de 2025

La formación aumenta la productividad


El aumento de la productividad es el sueño empresarial. Se vincula al sobresfuerzo: hacer más con menos. Algunas variables se tornan, sin embargo, críticas. Conviene conocerlas.





La doctora en Ciencias Económicas, Matilde Más, ha investigado cuáles son los factores que impactan en la productividad. Para sorpresa de muchos, la mayoría de las claves que propone la experta son "intangibles". Por ejemplo: invertir en I+D, patentes, imagen de marca, bases de datos y software.

Siendo todos relevantes para mejorar la productividad, la experta resalta la importancia de la formación y el acompañamiento de los trabajadores. Y -desde luego- hay margen de mejora ya que España se encuentra en el anteúltimo lugar de la escala de países que invierten en "intangibles" solo por encima de Italia. 

Si no se apuesta por las personas se compromete no solo la productividad, sino el vigor económico de nuestro país. ¡Manos a la obra!

 


lunes, 10 de febrero de 2025

¿Piensas demasiado?


Mi hija estudiaba un máster en Rotterdam cuando conocí al primer y último rapero que se ha cruzado en mi existencia. Coincidimos durante un concierto en el Teatro Nieuwe Luxor y el rapero destacaba entre los amigos de mi hija por su altura: dos metros exactos de gigante humanidad. 

Apenas cruzamos unas palabras en inglés durante el descanso. El chico me pareció introvertido pero -según me contaron- cuando subía a un escenario transformaba el silencio en un verbo desatado contra el imperialismo holandés. 

Después del concierto fuimos a tomar algo y me explicaron que el rapero era nieto de esclavos -algo común entre los universitarios negros de Rotterdam-. Eso me permitió entender algunas cosas, y dejar en stand by una música que no resonaba en mí.



Si hoy vuelvo la mirada a aquella experiencia -ya lejana en el tiempo- es porque he descubierto el fenómeno Kendrick Lamar. Seré honesta, aunque la música rapera sigue sin gustarme, me interesan las letras: una mezcla de canción protesta, poesía y lírica cargada de intención. 

Dado que me forjé en la intelectualidad de los años sesenta, la canción protesta española dejó en mí un poso que pervive. La poesía siempre me inspira y -ahora que he retomado la pasión por la escritura- mi piel despierta con canciones que proponen cuestionar las reglas de la sociedad.

"Las palabras no tienen huesos, pero los rompen" -ha escrito Theodor Kallifatides-. Quizá Kendrick Lamar -ganador de cinco premios Grammy- sea el hueso que rompe prejuicios y convenciones, razón por la que la revista estadounidense Rolling Stone  ha dicho que "Good Kid, City" es el mejor disco conceptual de la historia.

Repaso algunas de las frases del famoso rapero y encuentro una que me gusta: "Me preocupo demasiado, quiero compartir demasiado, y pienso demasiado".  Riiiiing, suena mi alarma interior. ¡Tiempo de desconectar! 


Frases del rapero Kendrick Lamar

lunes, 3 de febrero de 2025

Preguntar, competencia clave de liderazgo

 

Me gustan los chicos que no tienen pelos en la lengua. Las gafas añaden encanto y haber sido profesor en las universidades de Harvard, Toronto, Berkeley y Paris también puntúa. 

Norbert Bilbeny -en la fotografía- es catedrático de Ética, ha pasado por los citados claustros y además de deslenguado es un visionario: hace más de treinta años alertó de que la avalancha tecnológica ahogaría la capacidad humana de hacer preguntas, practica esencial en la evolución de la especie.




Sea cual fuere el encargo formativo que recibo de una empresa, siempre incluyo el bello arte de preguntar como una manera de ser y estar en los negocios. Si una buena pregunta es la mitad de una respuesta -como dijeron los clásicos- formular con precisión nuestras incógnitas se torna estratégico en la gestión de las personas del entorno: compañeros, clientes, colaboradores...

Preguntar y escuchar son cara y cruz de la misma moneda. Si preguntas, has de escuchar la respuesta y de ahí emergerán nuevas preguntas que aportarán comprensión y mejora. 

Preguntar y escuchar es la esencia de mi trabajo, pero también una competencia clave de liderazgo. Preguntar y escuchar cultiva la curiosidad -antesala del conocimiento- y exige la integración de las diferentes respuestas que encontremos, tan diversas como la variopinta humanidad.

Hoy he terminado de leer "Las meditaciones de Marco Aurelio" (vigesimoprimera edición en EDAF) donde el emperador no cesaba de hacer preguntas a otros y a sí mismo. Preguntar acaso fuese una de las claves de su grandeza.  Como en el casino, por favor, hagan juego: ¡formulen preguntas!


Artículo relacionado en El País. TL 5 minutos.
Libro relacionado Las Meditaciones de Marco Aurelio. TL 4 horas.

martes, 21 de febrero de 2023

La librería en la colina, un sueño emprendedor


" La librería en la colina" es un libro pero sobre todo es la crónica de una revolución personal, la de Alba Donati, poeta y activista cultural, quien tras haber trabajado 25 años en el sector editorial decidió hacer realidad su sueño: construir una librería en el pequeño pueblo de Lucignana (ciento ochenta habitantes), a dos horas de Florencia donde pasaba los veranos de su infancia. 

La autora se pregunta ¿por qué nos cuesta tanto hacer realidad lo que deseamos? si bien la propia Alba Donati no se decidió a materializar su sueño hasta el año 2019 cuando fue consciente de que deseaba vivir de una manera más bella, menos estresante y agotadora. Entonces volvió a Lucignana y rehabilitó la vieja casa familiar...

"La librería en la colina" es un libro y una librería física (Sopra la Penna) pero sobre todo es un sueño hecho realidad que alienta el de muchas emprendedoras que se acercan al espacio de Donati para compartir   gustos literarios, ampliar lecturas o tomar el té.




La librería ha generado una pequeña comunidad de seguidores entre los vecinos del pueblo, los turistas, los aficionados a la buena literatura y -sobre todo- las mujeres que se identifican con muchas de las dificultades con las que ha tenido que bregar la escritora hasta consolidar su proyecto. Apenas unos meses después de su apertura, se quemó el establecimiento y tuvo que comenzar la reconstrucción con más tesón que fuerza, con más perseverancia que recursos y con más esperanza que desazón. Quienes transitamos el mundo del emprendimiento conocemos la senda y encontrar personas como Donati inspira y alienta.


Las fotografías hablan por sí mismas del entorno que la escritora ha sido capaz de crear y que satisface los  profundos anhelos de los humanos: naturaleza, belleza, silencio, tranquilidad y buenos libros para nutrir el alma con la sabiduría de quienes nos han precedido en el sendero.




"La librería en la colina" es un libro, pero sobre todo es un concepto bello hecho realidad a partir de una revolución personal no exenta de dificultades que se sobrellevan mejor en el entorno rural. ¡Grande Donati!



De trabajar en una editorial a crear su librería en una colina de Lucignana (Toscana). Artículo en el rotativo El Español pinchando aquí.

Sinopsis de "La librería en la colina", último libro De Alba Donati, pinchando aquí.

Artículo en La Vanguardia que recoge una entrevista a Donati coincidiendo con su visita a Barcelona a mediados de febrero 2023. Pinchar aquí. 

jueves, 16 de febrero de 2023

Productividad de Máquinas y Humanos

 

Cuarenta años de entrenamiento propio y ajeno en técnicas de eficacia-eficiencia dejan su impronta. Diríase que ¡funcionan! y uno alcanza la mayoría de las metas que se propone pero...




La eficacia-eficiencia aplicadas a la productividad están reñidas con la salud física, mental, emocional y -sobre todo- espiritual. 

El alma necesita su tiempo y su ritmo curiosamente acompasado al de la naturaleza. Tiempo bello. Tiempo lento. El desafío de desaprender.


lunes, 14 de septiembre de 2020

Pasear: contemplación y bienestar

 

No es que viva en una ciudad con mar... es que el mar y yo vivimos juntos, especialmente entre mayo y octubre que me baño cada día en el Cantábrico. Para los ciudadanos del interior el mar puede ser una constante cuyas características permanecen en el tiempo. Sin embargo para los marinos, pescadores, buceadores y bañistas el mar es diferente cada jornada.

¿Variables? La primera -y quizá más relevante- la marea, la temperatura del agua, la opacidad/ claridad que favorece o dificulta la visibilidad de peces, pulpos o erizos, la resaca que amenaza con sus fauces y el oleaje siempre más fuerte que tu. 

No es que viva en una ciudad con mar... es que el mar y yo somos uno durante muchas jornadas al cabo del año, por eso ahora estoy inquieta... Leo prensa internacional y descubro que hoy Israel ha confinado a su población... temo que España acabe decretando algo parecido lo que me impediría nadar en el Cantábrico... También echaría en falta  mi paseo cotidiano por los parques del barrio algo que me aporta bienestar y que ha propiciado que pese dos kilos menos. Hoy leo a Andoni Luis Aduriz en El País y descubro porqué...

 



Afirma el cocinero vasco que el 40% de los españoles tiene sobrepeso y un 20% padece obesidad (datos de la Universidad de Navarra) y sugiere que para alcanzar la mejor versión de nosotros mismos bastaría con consumir 250 kilocalorías menos al día (dos refrescos) o... caminar una hora... algo delicioso y saludable ¡que recomiendo!
 

Artículos relacionados: 

Matemáticas del bienestar.  

Paseemos como nómadas en la ciudad.

domingo, 17 de junio de 2018

Sanar el alma en Granada



Como los perros, las personas buscan la sombra cuando la temperatura supera los treinta grados en Granada, donde trabajo. Ya terminado el encargo, dedico unas horas al ocio, me disfrazo de turista y subo a la Alhambra, ritual que practico una vez al año desde el 2014.





Las golondrinas construyen sus nidos en las pequeñas perforaciones de las torres de la Alcazaba. Los nenúfares del Generalife están en su máximo esplendor y hoy una culebra serpenteaba entre sus hojas sin prestar atención a los cientos de visitantes que a las diez de la mañana saturaban el recinto declarado patrimonio de la Unesco en 1984.





Todos los males del alma sanan si permaneces media hora en silencio junto a la acequia real. Las golondrinas y vencejos coquetean con las plantas aromáticas mientras los jardineros se afanan en mantener sana y vigorosa la floresta: un canto a la vida y a la sensualidad. Debiera ser obligatorio conectar con el agua, la tierra , el cielo, la piedra, el yeso, la madera y otros materiales de mayor o menor nobleza cuyo conjunto monumental sobrepasa la capacidad de absorber belleza de los urbanitas.






En este entorno volvemos a ser humanos: caminamos tranquilos, nos fijamos en las plantas, contemplamos las acequias, olemos el romero, escuchamos el murmullo del agua, capturamos la luz del Albaicín y -aunque cansados- regresamos a casa como nuevos porque siete siglos de historia dejan tantas huellas en el camino que es imposible perderse. Granada, por prescripción facultativa, una vez año antes de que la nieve desaparezca de los ventisqueros donde aún clarea...      




domingo, 7 de enero de 2018

Si no te paras... ¡no piensas!



Confieso haber sido una adolescente rara: hallaba sosiego en los museos, las iglesias y las librerías. La rareza persiste y se agudiza en la madurez, ya que encuentro estímulo espiritual o intelectual en los mismos lugares que me consuelan del combate de vivir activamente en una civilización en la que -por más que se escriba- se imponen la velocidad y la competición.




Durante Las Navidades he frenado (un poco) la marcha dedicando tiempo a pasear -me gustan las montañas y los acantilados- conversar con mis familiares, rezar, pintar y leer. También me he demorado en algunas tiendas en busca de detalles que alegren el corazón de los más cercanos, así que he visitado librerías con parsimonia seleccionando títulos acordes con la personalidad, el gusto o el momento que viven las personas. 

Elegí un libro para Marta y al entregárselo -junto con dos botes de mermelada casera- me lo agradeció con una extraña mueca. Quise saber qué ocurría: si ya tenía el libro, si le desagradaba el escritor... No, me dijo -riéndose a carcajadas- es que voy a tener que recuperar el hábito de leer ¡en papel! y entonces fui yo la que me reí con ganas de mi despiste existencial, de mi rareza de electrón libre.

El cuarenta por ciento de los españoles no lee, informa el rotativo El País. Además -prosigue el informe- quienes leen están perdiendo la capacidad de persistir más allá del tercer párrafo porque tanto ruido, tanta velocidad y tanta imagen, nos impide recogernos. Por si fuera poco, el profesor y ensayista italiano Nuccio Ordine afirma que "... si no te paras, ¡no piensas!...".




Sobrealimentamos nuestro cuerpo. Sin embargo, ¿alimentamos con idéntica pasión el espíritu? Porque en la sociedad -como en la empresa- todas las decisiones tienen un componente ético-moral-espiritual: ¿Los puestos de trabajo como prioridad o los beneficios a toda costa? ¿La calidad en el servicio o -de nuevo- el beneficio a corto plazo? ¿El deterioro del medio ambiente o el respeto al ecosistema?

Si no te paras, ¡no piensas! y ¿qué ocurre si no piensas? que eres una hoja al viento, un autómata, un consumidor, un algoritmo en el big data. Parar. Pensar. Decidir. Hacer. ¡Esa es mi propuesta! Museos, iglesias y librerías propician la "parada técnica" y el pensamiento en compañía de artistas, místicos y escritores cuyo legado nos ayuda a decidir para ¡hacer! verbo que transforma la vida.


domingo, 12 de noviembre de 2017

Protegerse... ¡de la barbarie!



Construyo diques de contención a la barbarie. Cada vez con mayor frecuencia, mi oficio exige la construcción de muros que frenen las aguas de la inconsciencia que amenaza con anegar proyectos y personas sin contemplación alguna. 

Aunque la riada carece de intención destructiva, la realidad muestra la intensidad de los daños colaterales en los seres humanos que estamos hechos de materia blanda...




Como un castor -en compañía de otros roedores de miserias- transporto palitos, hojas, cortezas y hasta plantas acuáticas para frenar el imparable avance del sufrimiento innecesario en las organizaciones productivas. 

En las empresas se orilla a los tibios y se sobrecarga a los apasionados que tienden a coger todo lo que se les lanza educados en la disciplina, obediencia a la autoridad, aguante y ausencia de asertividad. ¿Qué es la asertividad? la expresión de una sana autoestima: saber decir no y argumentarlo, discrepar con elegancia, comunicar que algo no es adecuado para ti en este momento o te supera.

No se me escapa la percepción de injusticia que tienen los mejores profesionales de una empresa cuando (capaces y comprometidos) observan que se les carga ilimitadamente hasta acabar como aquellas mulas de los cómics que terminaban espatarradas contra el suelo. Tendría gracia... ¡si no fuese tan doloroso para mi!


Además observo que cuando los profesionales sufren burn out (el síndrome del quemado) tienden a pensar que han fracasado porque no han sido superhéroes del asfalto. Toda una trampa mental que está golpeando a ciertos profesionales que llegan al despacho sin conocer los rudimentos del auto-cuidado, ni cómo poner límites al exceso. La trampa consiste en la ausencia de diques de contención ante la voracidad de los negocios sometidos a una rapidez extrema, competencia global y presión de los accionistas.

En este marco de trabajo con valientes y heroicos profesionales que caen en el fulgor de la batalla, leo a Ramón Oliver -certero como un láser en su página del suplemento Negocios de El País-: "... La falta de apoyo de los directivos hacia sus empleados en momentos críticos de sus vidas es una de las mayores causa de fuga de talento...".

Considero que -junto con la seguridad física, la higiene y la ergonomía- los servicios de prevención de riesgos laborales tendrán que ocuparse (cada vez con mayor frecuencia) de la salud emocional de los profesionales sometida a imprevistos y vaivenes por razones inherentes a la empresa o a la vida...



miércoles, 18 de octubre de 2017

Otro mundo ¡es posible! depende de nosotros



Cuando me invitaron a participar como ponente en el congreso anual de seguridad vial (Dirección General de Tráfico) les dije que ¡muchas gracias! pero que soy temeraria incluso en carreteras secundarias. 

Una vez asimilaron la broma, persistieron en el intento explicando que mi intervención formaría parte del bloque temático vinculado al "factor humano" Hum... ¡el factor humano! eso me sonaba más cercano. Pero cuando realmente me convencieron fue al citar a Aitor Aritzeta a quien admiro por ser co-autor de varios libros de cabecera del mundo de los equipos junto con mi mentor, el franciscano Sabino Ayestarán. El doctor Aritzeta sería el moderador de las tres ponencias vinculadas al "factor humano" y en el tiempo adjudicado a mi intervención yo podría desarrollar cualquier hipótesis vinculada a mi trabajo con profesionales, equipos y empresas.

Como siempre, el señuelo de la libertad atrapó mi interés y orientó mi caleidoscopio mental en busca de aportaciones en el marco de una sala abarrotada de técnicos nacionales y expertos internacionales en seguridad vial. 

Hechas las sumas y las restas de cuarenta años de vida laboral vinculadas a las personas, comparto algunas observaciones -quizá temerarias como mi propia conducción en carreteras comarcales-.




Primera observación: constato mucho dolor en despachos y fábricas de empresas de todos los sectores y tamaños. Como piojos en costura, las organizaciones están infectadas de un sufrimiento innecesario que enferma a las personas, los equipos y al propio tejido empresarial. Fíjense que mientras el sobre-esfuerzo, la globalización de los mercados, la salvaje competitividad, o las dificultades inherentes a la falta de financiación no resultan mortales, las relaciones interpersonales tóxicas -carentes de alma- acaban por destrozar la belleza de cualquier proyecto.




Segunda observación: existen tres venenos mortales para los equipos de trabajo. ¿Cuáles son? El ego, los grupúsculos y la falta de honestidad, y los tres provocan sufrimiento innecesario. El ego prioriza el interés individual en detrimento del colectivo. El "yo" por encima del "nosotros". Los grupúsculos son reinos de taifas en los que estás conmigo o contra mí, una posición excluyente que destruye los cimientos de la totalidad. Finalmente, la falta de honestidad es el cajón de sastre de la traición, la mentira, la manipulación y la ausencia de coherencia entre el "siento, pienso, digo y hago". La ausencia de honestidad hace añicos la credibilidad de los líderes y el juego limpio en los equipos y enferma a las organizaciones por: desmotivación, rotación en los puestos de trabajo, absentismo,  fuga de talento... y -como consecuencia de todo ello- merma de la cuenta de resultados.

El factor humano tiene la grandeza de los dioses y la miseria de los demonios. Nosotros elegimos cada jornada -en cada decisión y comportamiento- de qué lado inclinamos la balanza.

Sería fabuloso poner al servicio del mundo lo mejor de nosotros mismos ¡esa parte de grandeza que compartimos con los dioses! Sobre la posibilidad de crear un mundo mejor trabajan algunos investigadores relevantes que -aun perteneciendo a distintas generaciones y contextos- apuntan en una misma dirección. Enunciemos sus propuestas:

En Estados Unidos emerge la Teoría U -desarrollada en el MIT por Otto Scharmer y su equipo (Peter Senge, Arawana Hayashi)- cuya aplicación en varias empresas e instituciones vascas (como el ayuntamiento de Vitoria) está siendo una bella experiencia-. En Austria surge La Economía del Bien Común  diseñada por Christian Felber quien ha estado varias veces en el País Vasco y lidera una red colaborativa internacional. Finalmente sigo muy de cerca la propuesta de Reinventar las Organizaciones lanzada por el belga Frederic Laloux en su libro homólogo donde propone empresas teal-evolutivas en las que el respeto al medio ambiente, la ética y el buen gobierno sean compatibles con la sostenibilidad de los negocios, el desarrollo de los profesionales y la satisfacción de los stakeholders.

Todo el tiempo el factor humano decide priorizar el ego o el bien común; la honestidad o el fraude; la solidaridad o la codicia. La decisión nos pertenece a usted, a mí... ¡a todos! 

Es una evidencia que la humanidad avanza imparable en tecnología y en creación de productos y servicios, pero no crecemos con la misma celeridad en grandeza porque olvidamos que un médico no es alguien que "corta y cose", sino un profesional que salva vidas; y porque un albañil no es alguien que pone ladrillos sino un profesional que crea espacios donde rezan los hombres; y porque un policía no es alguien que hace controles de alcoholemia, sino una persona que nos protege de accidentes propios y ajenos. 

Lo que hacemos cotidianamente ha de tener un propósito y quien tiene un para qué encuentra un como al servicio de lo trascendente que nos diferencia de los robots y los drones.

Como un ADN portamos el "factor humano" cuajado de grandeza para surcar el firmamento y hacer de este planeta un lugar mejor cuando nos hayamos ido. Y, por favor, ¡no pierdan de vista a esos tres impostores: el ego, los grupúsculos y la falta de honestidad!



jueves, 5 de octubre de 2017

Gestionar Equipos es desafiante y ¡se aprende!


El otoño acelera sus pasos y mis pies no alcanzan la velocidad de las hojas que sopla el viento, esta mañana, en San Sebastián, Bilbao y Zaragoza, ciudades que acompañan mi devenir profesional y donde siento que la "tribu" me acompaña. 

La tribu de los profesionales que anhelan un mundo mejor, y dan un paso al frente -entre la hojarasca- para transformar las organizaciones productivas. ¿Cómo? mediante la creación de equipos de trabajo donde los profesionales son personas y -porque son personas- resultan mejores profesionales.

La tribu de quienes tienen un para qué y encuentran un cómo. ¿Para qué crear equipos? Para evitar el sufrimiento innecesario en las empresas y -de paso- mejorar el clima laboral, reducir el absentismo, incrementar la creatividad, retener el talento y ¡mejorar la rentabilidad!

Esta vocación-obsesión se lleva mis días por delante con enorme satisfacción, y aunque mis viajes me llevan lejos, casi todo el tiempo vuelven a la triangulación Bilbao-San Sebastián-Zaragoza donde los proyectos sembrados florecen con la magia de las cosas que se cuidan con cariño. 




El curso de creación propia "Construir equipos para transformar organizaciones" alcanzará este año su decimotercera edición (quinta en Zaragoza) donde se ha ido configurando como una formación de referencia para empresarios, gerentes, profesionales liberales y emprendedores. Sintetiza siete formaciones internacionales del mundo de los equipos y tiene una duración de seis meses. 




¿Qué encontrará quien se acerque a este curso? una variedad de perfiles profesionales, multitud de sectores y especialidades, un ambiente risueño-juguetón, un enfoque esperanzado de los negocios, herramientas y técnicas que realmente funcionan en el trabajo con y para las personas, un planteamiento disruptivo-innovador, amplia bibliografía que permite seguir aprendiendo durante mucho tiempo después, una practicidad radical con estudio de "casos" empresariales, y la atención, cariño y profesionalidad, de Mayte, Alberto, Virginia, Sonia, Inocencio, Bea, Susana, Lola, Pilar... el equipo en el backstage que hace que todo sea fluido y eficaz.


martes, 19 de septiembre de 2017

Elevar la visión porque el límite... ¡es el cielo!



Tengo una semana enloquecedora en la que bien pudiera colgar el cartelito de "out of the office", si no fuera porque "mi oficina" está en cualquier lugar donde haya personas con inquietudes y cierto entusiasmo por la mejora permanente.

Más que "fuera de la oficina" el cartel pudiera decir "fuera de mi zona de confort", si es que alguna vez la comodidad estuviera presente en mi día a día de los últimos... ¿cuarenta años?

Bueno, lo diré de una manera simple: estoy muy atareada en proyectos que textualmente llegan caídos del cielo a través de empresas con las que vengo colaborando desde hace años y persisten sin que yo nunca entienda por qué lo hacen.

Un encargo, dos jornadas, diecisiete profesionales, veinte horas de convivencia e inmersión en el cambio cuya pretensión última es elevar la visión de los profesionales que -siendo grandes expertos y trabajadores comprometidos- se pierden (un poco) en la trazabilidad los proyectos lo que en ocasiones implica pérdida de eficacia, eficiencia y rentabilidad.

Protejo a mi cliente y sólo muestro algunos detalles del aula que cobijará nuestra "reflexión para la acción" en un entorno que inspira ya que es un auténtico canto a la belleza y a la vida.





Parece la preparación de un banquete ¡y lo es! aunque la invitación es a compartir conocimiento, experiencia, percepciones, discrepancias, valores e ideas que nos permitan profundizar en los aspectos que lastran a estos profesionales -genuinos expertos en su oficio- descubriendo las áreas de  mejora y diseñando un enérgico plan de acción. ¿Cómo lo haremos?  Apelando al poderoso y bien formado hemisferio izquierdo de los adultos que son, y al chispeante hemisferio derecho habitado por el niño que -como dijo Antoine de Saint Exupéry- todos llevamos dentro...






Juegos, dinámicas disruptivas, actividades por parejas, tríos y en plenario que se recogen en planes de acción diseñados entre todos "on time" que se llevan a la fábrica para su inmediata aplicación. 

Un encargo, dos jornadas, diecisiete profesionales, veinte horas de convivencia y un inmenso agradecimiento a la vida que me permite el ejercicio de mi vocación al servicio de las personas en las organizaciones productivas. La magia comienza mañana muy temprano y -aunque ya lo he hecho muchas veces- tengo mariposas en el estómago y la ilusión que siente una niña ante un helado de mandarina.