martes, 13 de septiembre de 2011

¿Grupitis o Equipo?

De Suecia a España, pasando por el País Vasco, Eugenio Moliní, enfoca las organizaciones como sistemas en la certeza de que la “participación genuina” de las personas (en la toma de decisiones) es posible y rentable. Moliní impartirá un curso de seis días de duración en Bilbao (Eutokia) para propiciar el arte de pensar, decidir y trabajar juntos en las organizaciones.



¿Quién es Eugenio Moliní?

Al comienzo de mis formaciones explico que a los nueve años salí de España camino de Inglaterra donde -además de aprender inglés- integré el concepto "democracia", algo que (siendo niño) somatizaba como una sensación de alivio al respirar. Mi viaje fue en ferry desde el puerto de Bilbao hasta Southampton. Años más tarde viajé a Suecia con tan solo un billete de tren y 20.000 de las antiguas pesetas. Allí he estado hasta los 51 años cuando -tras un intenso aprendizaje y práctica laboral- he decidido volver a España.

¿Cómo se ha ganado usted la vida?

Durante algunos años ejercí como psicoterapeuta tanto en mi consulta privada como en varios hospitales psiquiátricos. En 1992 abandoné el trabajo uno a uno y me interesé por las organizaciones. Entonces comencé mi colaboración con una consultora donde me enseñaron a hacer coaching antes de que se llamase coaching. Después, tras muchos arranques, frenazos, y tropezones importantes, emergió con fuerza mi vocación: la práctica de la Paz. La he expresado en mi trabajo contribuyendo a crear organizaciones y procesos en los que las personas puedan trabajar en paz y ser ellas mismas.

Ha creado la marca Atractor ¿De qué se trata?

Atractor es una red de consultores que medimos la calidad de nuestro trabajo por tres indicadores: resultados alcanzados, alineación con nuestros valores y elegancia en la ejecución.

¿En qué consiste la “Participación Genuina”?

La Participación Genuina es una metodología para diseñar procesos de trabajo cuyo éxito dependa de la colaboración de múltiples actores con diferentes especialidades, perspectivas e incluso intereses. La metodología permite que las personas piensen juntas y tomen decisiones, que es lo contrario de lo que se suele hacer. La suma de decisiones tomadas por personas autónomas es el procedimiento que lleva a las mejores decisiones. Pero para que esto sea posible hay que cortocircuitar la grupitis y la jeraquitis.

¿Qué es lo que usted hace -exactamente- en las organizaciones?

Asesoro, diseño, gestiono y facilito este tipo de procesos. Mis clientes suelen encontrarse ante distintos tipos de desafíos, como por ejemplo: hacer sostenibles las estrategias, incrementar la resilencia, conseguir la integración cultural o formar equipos de alto rendimiento, entre otros.

¿Qué se propone realizar en los seminarios de Bilbao?

Compartir con los participantes mi experiencia y enseñar mi oficio.

En su opinión, ¿cuáles son las claves de las empresas en las que se logran los objetivos y además las personas se sienten dichosas?

Las claves son muy claras y están bien descritas en la literatura. Lo difícil es llevarlo a cabo.

1.- Definir el ADN de la organización, que es aquello que si cambia, la organización pierde su razón de ser.

2 2.- Definir bien los límites que la organización se impone a sí misma en todos los niveles estratégicos y operativos.

3. Asegurarse de que todo el mundo tenga presentes los puntos 1 y 2 en TODAS las decisiones. Quitarse de en medio, interviniendo únicamente si las personas se saltan 1 y 2.

¿Qué diferencias observa entre el mundo productivo sueco (que tan bien conoce) y el español?

En todos los países del planeta las personas se mueven por el anhelo de ser felices y de que su trabajo tenga sentido. Las diferencias de fondo apenas existen ya que son compartidas por todas las escuelas de negocios del mundo occidental. Las diferencias de estilo se superan con la adaptación.

A los españoles les puede chocar lo que viven como una incongruencia entre el estilo informal en el ejercicio del poder jerárquico de los suecos, y su formalidad en los procedimientos. En España, por el contrario, las relaciones jerárquicas son muy formales y los procedimientos muy flexibles.

Más información: www.molini.es

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