viernes, 21 de diciembre de 2012

Asegure el éxito = Contrate sólo Profesionales


En la misma semana una alumna de Ingeniería de la Universidad de Deusto (Bilbao) y un alumno de mi curso Construcción de Equipos Transformadores (San Sebastián) me han hecho la misma pregunta. Como facilitador/a de procesos de cambio (coaching) 

                                         ¿Cómo asegurar el éxito 
                        de las intervenciones con equipos directivos?

No es una pregunta nueva para mi. Sin embargo, al pensar en ello esta mañana he conectado con una extraña virulencia (casi un hartazgo) en absoluto relacionado con la pregunta -que me parece interesante-, ni con quienes la formulan desde la responsabilidad, sino con un trasfondo antiguo fermentado como un lácteo caducado.

Un profesional que consigue el éxito de un proceso de entrenamiento de equipos es como el Empire State Building de Nueva York (en la fotografía), en tanto que un impostor del coaching es como el Puzzle Lego del Empire State Building (mi amiga Sara lo ha comprado para su nieto Iker). Parecen lo mismo. Pero no lo son.  



Un  profesional del entrenamiento deja una organización empresarial mejor de como la encontró (para eso le contratan) y es como un bolso de Louis Vuitton, en tanto que un aficionado enreda, desordena y pasa sin pena ni gloria como una imitación asiática y cutre de Vuitton

Ya se que estas analogías no colmarán el hambre de conocimientos de los aprendices y que frustrarán su necesidad de respuestas precisas porque aún no han descubierto que la vida -como el entrenamiento a directivos- no es una ciencia exacta, sino un arte que no se basa en el uso de "herramientas" sino en las personas. Igual que un bisturí no es nada sin un cirujano, el resultado de una intervención depende de las habilidades, capacidades, ética y conocimientos del experto.

La cuestión es "quién" entrena al equipo, en lugar de "qué" se hace -exactamente-, y en lugar de "herramientas" aplicamos metodologías ajustadas a cada proyecto y equipo como el zapatito a Cenicienta .

Dejemos claro este asunto: antes de contratar a una persona para que entrene a un equipo directivo, al comité de dirección, o a los propietarios de una empresa, asegúrese de que el facilitador/a es la un auténtico profesional ya que evitará riesgos innecesarios. Distinguirá al profesional porque:

Posee al menos una Licenciatura.
Tiene años de experiencia como trabajador por cuenta ajena.
Tiene años de experiencia como trabajador por cuenta propia.
Ha sido directivo = ha liderado equipos.
Ha obtenido buenos resultados en su carrera profesional.
Se ha formado mucho en esta novedosa profesión.
Lo haya hecho con mentores internacionales.
La dopamina de su cerebro rebosa optimismo. 
Tiene más de 4.000 horas de experiencia en coaching.
Su fama boca-oreja le precede =  honestidad + resultados. 
Pone condiciones para asumir un encargo.
Condiciones relacionadas con el "diseño" del proceso.
Tiene la agenda completa a rebosar.
Sus tarifas son razonables.
Confiesa que no tiene varita mágica.
Explica que la mejora exige esfuerzo.  
Tiene sentido del humor.
Está certificado por la ICF, con sede en USA.

Como a la hora de elegir un cirujano, antes de abrir la puerta de su empresa a un profesional del entrenamiento de equipos, investigue el "quién" porque hay originales y versiones, profesionales e impostores. Parecen lo mismo. Pero no lo son: como el Empire State Building de Nueva York y el puzzle de Iker ;-D   

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