No estoy segura de la hipótesis de Risto Mejide, personaje televisivo al que no conocía (ya que no veo nunca la "caja tonta").
Afirma el publicista, redactor, tertuliano y escritor que "molestar vende", y aunque Annoyomics resulta un libro entretenido no exento de argumentos, no acaba de convencerme.
En inglés Annoy significa molestar y omics supongo que es el último residuo de economics, así que a Risto le adorna el talento de crear vocablos a partir de la suma de los conceptos que constituyen el núcleo duro de su discurso: molestar y economía.
La hipótesis de que "molestar vende" está adobada con numerosos casos reales en los que el escándalo, lo políticamente incorrecto, lo inesperado, el oportunismo y el mal gusto se han transformado en algo rentable.
En la contraportada del libro -publicado por Gestión 2000 y prologado por Leopoldo Abadía- se recopila que Mourinho molesta, que Ryanair molesta y que también lo hacen Lady Gaga, Julian Assange, Benetton, Galliano, Salman Rushdie, Madonna y hasta Apple.
La lectura de este libro me ha recordado la intensa polémica que mantengo con dos emprendedores empeñados en comprar publicidad a cualquier precio, y en alcanzar la fama. Yo doy el O.K. ¡cómo frenar su arrogante fuerza juvenil! pero me permito recordarles que en el mundo empresarial hay que jugar a corto, medio y largo plazo; que es mejor construir prestigio que fama; y que la clientela se acaba quedando con el que genera confianza a base de coherencia, de calidad en el servicio, de seriedad en los argumentos, y de corrección en el trato (salvo que se trate de actores o políticos).
Molestar vende y te posiciona en google durante un tiempo (y eso quizá engorde tu cuenta corriente), pero no somos flor de un día ¿qué tal fidelizar a los clientes? y ¿tener principios? e incluso ¿contribuir a la construcción de un mundo mejor?
La propuesta de Risto Mejide suena a fuego de artificio, a traca de carnaval y a rostro cincelado con mega-pixels. Supongo que también hay que tener coraje y desparpajo.
Redimo algunas ideas de Annoyomics: Lo primero que se necesita para innovar es fascinación por el asombro. La clave del éxito de cualquier emprendedor está en jugársela. Y -sobre todo- la de la página 142: transgredir en castellano antiguo significaba hacer travesuras. ¡Me encanta!
No me ha convencido, aunque me ha dejado inquieta: ¿y si tuviera razón?
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