domingo, 27 de enero de 2013

Ni Praga ni Yosemite


Las apariencias... a veces... engañan. Por ejemplo, esta foto no ha sido tomada en Praga, en un costoso viaje-huida de la monotonía.


Las apariencias producen absurdos espejismos. Por ejemplo, esto no es el Parque Nacional de Yosemite, y tomar la fotografía sólo ha gastado la suela de mi zapato.


Ambas fotografías han sido tomadas a dos minutos de mi casa habitual, en San Sebastián (Guipúzcoa, País Vasco), hace menos de una hora, aprovechando un claroscuro del invierno. 

En realidad he salido a estrenar el gudrun que mi hija ha capturado on line a un tercio de su precio y me ha hecho llegar desde Stuttgart. Aunque es una talla small (pequeña), tiene un diseño grandote, ligero, calentito y amoroso -como ella- y ha sido fabricado con algodón ecológico. Cuando me lo he puesto me he sentido arropada y contenta -seguramente lo que ella pretendía al comprármelo-.


Tarde de sábado. Casi nada es lo que parece. El camino cien veces recorrido resulta fresco, nuevo: algunos árboles han anchado más que otros, algunos pájaros son más atrevidos que la mayoría, ciertas flores ofrecen una tonalidad más intensa, y en Musikene -Centro Superior de Estudios Musicales del País Vasco- unos pocos estudiantes practican escalas ajenos a las orquestas que cierran en toda Europa y al paro que se ceba en la población juvenil española por encima del 55%. ¡A lo mejor estos datos tampoco son lo que parecen! Ojalá.

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