viernes, 18 de enero de 2013

Un boddhisattva en Google


Tengo una hora antes del re-encuentro con Eugenio Moliní, un experto en consultoría de sistemas y organizaciones que trabaja en Suecia, España, Sudáfrica y resto del mundo, con el que me formé el año pasado. Es el invitado de enero al Taller Construcción de Equipos Transformadores que facilito en San Sebastián desde el pasado mes de octubre empujada -textual y físicamente- por Nuria, y que estoy disfrutando como no imaginé. El caso es que tengo una hora para colgar un post nuevo, fresco y nutriente, a los fieles lectores del blog que son más de 1.600 al mes: ¡gracias!

Me pongo a ello: una de las cosas que más ha desconcertado a mis familiares es la práctica de diversas artes artes marciales propias de oriente tales como el Tai Chi, el Chin Kung y -en menor medida- el yoga y la meditación. La adicción a estas disciplinas persiste en mí desde hace más de treinta años y se completa con las enseñanzas del maestro taoista Juan Li en retiros que propicia en los silenciosos montes de la Sierra de Gredos. 

He compatibilizado estas prácticas con una intensa vida laboral primero como periodista de RTVE y después como entrenadora de líderes y equipos empresariales, como si se tratase de una muestra del llamado "camino del medio": ni todo contemplación a 8.000 metros de altitud en el Himalaya, ni todo convulsa actividad productiva. 

Casi desde la adolescencia he tenido la certeza de que la sabia combinación de ambos enfoques (vida meditativa + vida productiva) propicia la felicidad, por lo que mi contento es infinito al descubrir esta semana la existencia de Chade-Meng Tan, ingeniero informático de Google a quien vemos en la fotografía.


Este oriental es conocido como el boddhisattva de Google, por tres razones que Daniel Goleman sintetiza en el prólogo del libro Busca en tu Interior: como poseedor de una exquisita capacidad de análisis, una desarrollada inteligencia social, y un corazón de oro. Y si bien Meng ya era famoso por ser la persona que recibía en Google a celebridades como Obama o Clinton, ha sido portada de Expansión por sus clases de meditación  en el gigante de búsquedas en internet. El titular no puede ser más esclarecedor: en Google la felicidad se logra con meditación.

Un viejo sueño personal es poner en marcha en las empresas talleres de respiración, auto-control emocional y estiramientos (educación postural) que provoquen mayor satisfacción en el trabajo, ausencia de contracturas, renovación mental, la creatividad y ¡buen humor! ese cúmulo de intangibles que todos decimos anhelar y nadie se pone a construir.

La aportación de Meng ya ha pasado a los anales de la historia y su libro ha sido publicado en castellano por Zenith Planeta: Busca en tu Interior  


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