viernes, 2 de agosto de 2013

El viejo y el mar


A las siete de la tarde he salido a bucear: marea baja, agua templada, cristalina, y muchos peces de colores. Cuando he comenzado a sentir frío, y ya estaba cerca de la costa, me he cruzado con una pareja: ella regordeta, él delgaducho, de la mano, apoyándose el uno en el otro. Tendrían la edad de mis padres la última vez que los vi así en la playa de Cadaqués (Gerona, España).



Hace veintiún años que él murió. Se me han empañado las gafas de buceo, las he enjuagado en el Cantábrico, y he seguido viendo peces... en blanco y negro.¡Ya no era lo mismo! 


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