miércoles, 23 de diciembre de 2015

Oikonomia


No sé a ustedes, pero a mi la sala oscura de un palacio del siglo XIX me produce fascinación, al igual que un hombre alto, joven y rubio que viene de Austria para expandir un mensaje que condimenta el anodino pensamiento de nuestro siglo como la sal -que da origen al nombre de su ciudad natal, Salzburgo- sazona el alimento cotidiano.

Hice un recuento de asistentes -por el método aleatorio que aprendí cuando trabajaba como periodista- calculando que habría más de cien personas en la sala oscura del Palacio de Aiete cuando Christian Felber hizo aparición en el escenario para hablar de oikonomía, término aristotélico (con múltiples definiciones) que Felber utiliza como sinónimo del Bien Común.




Aunque el concepto de Bien Común se remonta a la antigüedad (Aristóteles) y aparece recogido en todas las constituciones europeas, su ausencia en nuestro mundo es un escándalo de gigantesca dimensión que Felber pone en evidencia con descaro desde el año 2010 cuando construyó un modelo económico alternativo al capitalismo y al comunismo al que denomina Economía del Bien Común, titulo de un libro homónimo publicado en castellano por Ediciones Deusto en el año 2012.





Gracias a Donostia Kultura (Marta Ibañez, Yolanda Martin y Maider Azkargorta) Christian Felber polinizó con precisión de abeja la cabeza, el corazón y las manos de quienes tuvimos el honor de escucharle el pasado 17 de diciembre de 2015 en su visita relámpago de menos de un día en tierra vasca donde vino por primera vez en el año 2013. 

La mente por el rigor de los datos que facilita. El corazón porque rezuma credibilidad, y las manos porque apela a la acción ¡que mueve la vida!

Las ideas de Felber merecen ser tenidas en cuenta por gobiernos, movimientos ciudadanos, ecologistas, asambleas de vecinos y ¡organizaciones productivas! De hecho, más de trescientas empresas han realizado ya un "balance del bien común" en sus organizaciones contemplando no solo la capitalización de las inversiones, los inmuebles y la producción sino ¡el bien común generado para los stakeholders y entorno!

No caeré en la frivolidad de seleccionar un puñado ideas para destacarlas en negrita mutilando el debate que la propuesta merece... comparto, sin embargo, el destilado que Felber dejó en mi: la renovada certeza de que hay alternativas al modelo capitalista que hacen posible reconciliar la economía con la ética, la democracia (real) y el medio ambiente recompensando a quienes les importa el ser humano individual y colectivamente desde una visión global imprescindible. Y... ¡un detalle! que me hizo recordar Tiempos Modernos de Charles Chaplin: en la suela del zapato derecho de Christian Felber ¡había un agujero! sí, de verdad. Pude verlo en uno de los muchos cruces de pies que realizó con su agilidad de bailarín, activista, profesor, escritor, ideólogo, conferenciante y -si me lo permiten- "revolucionario" que lanza verdades como puños a los ojos quienes cierran los ojos y niegan la dimensión del descalabro...

El movimiento del Bien Común (muy activo en el País Vasco)  agita el árbol de la civilización del siglo XXI para que ¡de una vez! caigan las manzanas podridas del ego system que todo lo alcanza destruyendo la esperanza de la que ya escribió el economista y filósofo escocés Adam Smith en el siglo XVIII.



Contexto   Publicaciones de la Universidad de Granada.
Contexto   Publicaciones Linguee.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Pongamos de moda la palabra Azucena!
Mil gracias por tu impulso!
Abrazooos

Azucena Vega Amuchástegui dijo...

Como un boomerang te llega lo que envías al universo, Eli... el impulso que sientes ¡¡te pertenece!! y en cualquier caso: ¡¡gracias por asomarte al blog!! y por el comentario ;-D