domingo, 21 de enero de 2018

Desconectar e Imaginar el Futuro



Anoche llegué a casa, vacié la maleta, puse una colada, me cambié de ropa, tomé un tentempié y me fui al despacho para cerrar algunos temas pendientes de las dos jornadas de trabajo vividas en Zaragoza. Aunque estaba cansada, los encuentros habían ido bien y el feedback de los profesionales ponía por las nubes un trabajo que adoro y en el que pongo todo mi empeño. Después de teclear un rato en el ordenador y de contestar algunos emails pensé que podía retirarme a descansar pero, antes, tenía que colgar la ropa...




Eran las 22.30 y aún faltaban diez minutos para que el programa terminase. La cocina da a un bonito jardín. Llovía, y las farolas agigantaban la enorme palmera que plantó Leo, mi vecino, hace más de treinta años. Abrí las puertas de par en par, me puse un abrigo encima del pijama y me senté tranquilamente a ver llover. Fue una experiencia serena que reparó mi cuerpo y mi alma exhaustos de hiperactividad. Allí estuve viendo llover mientras escuchaba el chapoteo del agua sobre la superficie vegetal. Fue muy placentero.

Dice la neurocientífica Mara Dierssen -en la fotografía- que cuando no estamos haciendo nada el cerebro trabaja muchísimo y que ese tiempo ¡es clave! Afirma la experta que: "... necesitamos desconectar de la tecnología para ser introspectivos, pensar, aburrirnos e imaginar el futuro...".

Después sonó el pitido de la lavadora, colgué la ropa y me fui a dormir ¡tan contenta! Creo que repetiré la experiencia de sentarme -serena y dulcemente- a ver llover. ¡Lo recomiendo!


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