miércoles, 9 de mayo de 2018

El precio de la dignidad


Esta mujer tiene ochenta y un años y expone en el Museo Guggenheim Bilbao hasta el 10 de junio de 2018. Nació en San Sebastián (1937), ha vivido en Paris, y -leyendo las entrevistas que concede- diríase que es una filósofa rebelde, ¡libre! contrasistema... 



Releo párrafos del catálogo de la exposición en los que Esther Ferrer arroja frases como arena a los convencionales ojos de los ciegos por voluntad propia. 

En la "performance" -afirma la artista- como en la anarquía, ni dios, ni dueño, ni nacionalidad, pero como en ella, un gran sentido de responsabilidad.




En la última entrevista concedida el titular a cinco columnas dice: "Pago un precio (alto) por hacer las cosas que quiero y como quiero". Esta frase me hace bien hoy que he perdido una gran cuenta (la tercera en mi ranking de facturación) a pesar de haber logrado los objetivos del proyecto y recogido un 9 sobre 10 en el índice de satisfacción... He perdido una gran cuenta por haber defendido con fiereza valores y comportamientos éticos y me consuela que una mujer con este bagaje haya alcanzado la cima de su profesión aunque en el trayecto haya pagado un precio alto.


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