domingo, 16 de agosto de 2009

Fiesta

En agosto, España es una fiesta, cómo escribió Ernest Hemingway, aficionado a los toros, las mujeres y el buen yantar. Cada pueblo, ciudad o comarca, celebra su santoral -o lo que fuera- con tal de lanzar cohetes y salvas de honor... Honor a la Virgen (de Begoña, del Carmen, de Guadalupe... hasta el infinito en un país que otrora fue católico); honor al patrono, honor a la batalla naval que se ganó (que se perdió), a los mártires de la patria, al Celedón, a Marijaia, al pañuelito azul, al pañuelito rojo...

En la fiesta todos portamos el disfraz que nos caracteriza. Los niños alzan sus globos con gas y corren en sus patinetes amenazando severamente los tobillos de las ancianas. Los deportistas hacen footing a primera hora de la mañana mientras los trasnochadores duermen la resaca. Los moteros llevan sus chupas negras y sus cascos bajo un sol de justicia y 30 grados que deshidratan las acequias. Los aristócratas visten bermudas y camisas del cocodrilo en tonos claros mientras apuran el vermouth en las terrazas de moda; los pobres siguen apostados en todas las iglesias, los tullidos se dejan empujar en sus sillas de ruedas, las macizas desafían la ley de la gravedad y la gravedad de las leyes de lo impermanente.

Los gigolos con gafas negras se dejan ver en las esquinas en busca de señoras de postín. Los hispanos de América exhiben en playas y piscinas los artilugios inflables más grandes: cocodrilos, colchonetas, balsas... Las parejas de toda la vida leen el periódico y comentan las noticias y las esquelas. Los turistas arrastran maletas. Los mochileros arrastran mochilas. Los franceses ocupan siempre la totalidad de la acera. Los americanos tienen hambre a todas horas. Los italianos casi siempre hacen mucho ruido. Los alemanes siguen siendo muy rubios y viajan con montones de niños. Los ingleses son difíciles de identificar, acaso son más delgados que los americanos y comen con alguna moderación y protocolo. Las solteronas siguen quedando en la misma cafetería que el resto del año y hablando de los mismos aburridos temas que conocen hasta el hastío.


Sí, en agosto, España es una fiesta -como decía Hemingway- y todos portamos el disfraz que nos caracteriza. ¿Cómo es la fiesta de su pueblo? ¿Cómo su disfraz?

2 comentarios:

Socrates dijo...

La fiesta de mi pueblo (Fuentemizarra, Segovia) es, sobretodo, muy familiar.

Hablamos de una aldea de 15 habitantes (aprox.) permanentes, y dos de ellos son mis padres :D

En la semana de fiestas del pueblo (aunque mayormente es durante el fin de semana, el resto de la semana solo son actividades para los niños) llegan a contarse de 200 a 300 personas. Curioso el aumento vertiginoso, verdad? es un pueblo entrañable. Tod@s nos conocemos y sabemos quienes somos (aunque de alguno no sepas el nombre, sabes "de quien es").

El sábado hacemos un curioso concurso de disfraces, en el que lo menos importante es el disfraz. Se acompaña el atuendo con "teatrillos" para que la gente se ría un poco. Se hará esto en algún otro lugar? a mí me parece muy peculiar, la verdad.

Mi disfraz de este año en Fuentemizarra? se suele saber el mismo día que te disfrazas! (al menos nuestro grupo es así) así que lo de disfraz, en mi caso, es literal :D

En cualquier caso, el "disfraz" de mi pueblo es fraternal, comunicativo, bondadoso, hermanado y divertido.

Somos UNO.

p.d. todo aquel que quiera venir está invitado (las casas son grandes, así que donde comen/duermen 10, lo hacen 12 o 13 sin problema). Siempre el primer fin de semana de Septiembre.

Misglobos.com dijo...

¡Buen post! Decorar una fiesta con globos es como infundir alegría en el aire. Los globos no solo añaden un toque visualmente llamativo, sino que también crean un ambiente lúdico y festivo. Su variedad de colores, formas y tamaños permite personalizar la decoración según la temática.