martes, 4 de agosto de 2009

Perder Pie

Perder pie en la realidad es... ¡tan fácil! Observo con frecuencia como mis clientes viven en sus cabezas en desconexión absoluta con sus cuerpos. No me pondré mística y ni hablaré de la inteligencia emocional, tan de moda que da repelús ;-D

Desconexión mente-cuerpo: desatención absoluta a las demandas, señales, necesidades, obviedades de nuestro ser corporal: esta carcasa que tenemos durante un ratito mientras vivimos. Lo que deseo compartir con ustedes es una anécdota que me ha ocurrido hoy, y me ha hecho caer en la cuenta de ¡cuán fácil es perder pie en lo real! No sólo los políticos de altos vuelos que parecen andar sobre las aguas de los océanos turbulentos en los que remamos como podemos el resto de los mortales sino... cualquiera de nosotros. Les cuento.

Yo envío poca correspondencia convencional ya que soy adicta a los correos electrónicos como medio de comunicación personal y laboral, sobre todo laboral. Cuando en el despacho tenemos que remitir correspondencia, lo hace mi asistente, raudo, veloz y eficaz como el viento. Esta mañana, sin embargo, me he acercado a un estanco para comprar sellos ya que tenía que utilizar uno para completar el sobre de matriculación de la Escuela Oficial de Idiomas. ¿Tienen idea de cuánto cuesta un sello?

Para empezar... he pedido tres sellos locales y tres sellos nacionales ante lo que ambas dependientas se han reído con sonoras carcajadas. Yo tenía un día estupendo, de esos relajados en los que sonríes a la vida sin motivo aparente o especial así que me he reído con ellas mientras me explicaban que hace cuatro años que se unificaron los conceptos: el sello común sirve tanto para un envío provincial como nacional. ¡¡Cielo Santo, me he sentido como un dinosaurio en plena fase de extinción!!

Después... al acercarme a la caja le he dado a la dependienta un billete de cinco euros preguntándole si me llegaba y de nuevo el eco de las dos carcajadas... que esta vez me han hecho menos gracia, la verdad. ¡¡Por supuesto y que no suba!! me ha contestado...

¿Saben cuanto cuesta un sello convencional? 32 céntimos de euro. Los he metido en la cartera... monísimos, de color verde, con el texto "energías renovables". He salido del estanco... Diplodocus en acción tomando tierra. Toda una lección de humildad y un aterrizaje en el mundanal ruido.

1 comentario:

Socrates dijo...

:D

He podido "ver" la escena con tu relato, muy bueno!

Y sí...muy fácil "perder pie" ;)