domingo, 6 de junio de 2010

Profesionales Hiper-Cualificados

En nueve días los socorristas estarán a pié de bahía prestando sus servicios. Las plataformas de los oteadoras ya están en la Zurriola, Ondarreta y La Concha: las tres playas de San Sebastián. Hoy, que es domingo y tengo trabajo en el despacho, he caminado a orillas del Cantábrico durante un buen rato -a primera hora de la mañana- sobre algas cobrizas y algas verduscas, de un color tan claro que parecen trocitos de lechuga entre las conchas y las piedritas de colores. Varias decenas de socorristas realizaban prácticas de salvamento en tiempo real, en distancia real, con esfuerzo real: hombres y mujeres sanos, fuertes y atléticos dispuestos a ayudar a quien lo necesite.

A las diez estaba en el despacho. He abierto la puerta y me ha entrado la risa al ver cómo dejé ayer el suelo del hall central (ver foto en Picasa): papeles en el suelo, máscaras que utilizo en las dinámicas de equipo, pinzas amarillas para colgar las ideas más brillantes -y trabajarlas después- mi campanita de Westminster para anunciar el fin del coffe break. Cuando preparo entrenamientos a profesionales hiper-cualificados (y es el caso) mi enloquecida mente rastrea hasta el último aprendizaje, conferencia ofrecida, libro, artículo o curso realizado y lo va juntando todo poco a poco (artesanalmente) como un puzzle siempre diferente, único y pensado en exclusiva para esa organización.

En este mes de junio 2010 tengo "en el horno" los materiales para dos emblemáticas organizaciones: La Universidad de Vigo e Innobasque (la Agencia Vasca de Innovación) con perfiles profesionales muy distintos y demandas de entrenamientos muy distintas, así que rastreo como un sabueso primero en los mil cajones de mi mente, después entre la mielina neuronal (de la que escribí en otro post), exploro por ensayo-error, escribo enfebrecidamente en el teclado de mi viejo ordenador (mi favorito), hallo algo que me complace ¡boilá! lo imprimo y lo deposito sobre la alfombra roja del moscú de mi despacho lo que significa que ya tengo una pieza del puzzle. Entonces voy a por otra... y así hasta que junto un rompecabezas aceptable, casi siempre al límite del crono, es decir, 48-72 horas antes de comenzar los entrenamientos.

Hay algunas ideas de lo que voy gestando que quisiera compartir con ustedes, por si pudieran resultarles de alguna utilidad. La primera es una concatenación de tres conceptos, veamos... Si quiero desarrollar en mi organización reuniones eficaces, antes es preciso contar con un equipo eficaz, para lo cual es condición previa la existencia de un líder. No hay atajo: lo lamento, es así.

Todo comienza en el líder, y por eso al abordar las reuniones delegadas (concepto de la escuela francesa de Alain Cardon) es imprescindible explicar -al menos por encima- cómo se transforma un directivo en un líder, y un grupo en un equipo. Sólo de esta manera nos aseguramos que las herramientas y metodologías que propician las reuniones eficaces se queden en la organización muchoooooo tiempo. Y en esas estamos... construyendo el "mapa" que nos permita avanzar de directivos a líderes, de grupos a equipos, y de encuentros a reuniones eficaces. Por cierto, el subtítulo de mi primer entrenamiento es: reunir-unir-reír-decidir y ¡conseguir! Les dejo ahora: quedan muchas ideas por desarrollar sobre el teclado del viejo ordenador -y la alfombra roja- y poco domingo por delante.

1 comentario:

VA.Coaching Marcando Posibilidades dijo...

Hola Azucena:
que tema tan atrapante y que ameno lo haces, siempre sacas de tu galera ontológica el lenguejear desde la razón sin olvidar de pasar por la experiencia y la pasión.
y como dices "todo viaje personal o profesional" comienza con algunas preguntas ...
¿soy buen profesional?
¿que talento me tiene?
¿Cuán cualificada soy?
¿no será mucho pedirte? que también nos entrenes con tus textos...
gracias
abrazos
Andrea