Llevábamos tanto tiempo juntas que nos dábamos por descontado, como las parejas de largo recorrido. De pura cercanía, no alcanzábamos a ver la singularidad de la otra. A diario paseábamos kilómetros por la bahía, fuimos envejeciendo al unísono, y aprendimos a tolerar las torpezas de la otra, igual que dos gemelas que ven en el rostro ajeno la arruga propia. Eso nos gustaba: estábamos cómodas aún en los defectos e imperfecciones que sólo se descubren en la convivencia. Entre nosotras había poco glamour y mucho realismo, complicidad y entrega, hasta que un día desapareciste sin decir nada. Te busqué por las calles que solíamos transitar, susurré tu nombre a los caminantes que me tomaron por loca, ofrecí recompensas para saber de ti y alerté a la policía que miró hacia otro lado con desidia. Nadie tomó en serio mi tristeza y argumentaron que eras sólo una vieja bicicleta. ¡Qué sabrán ellos de nosotras!
No renuncio a encontrarte allá donde estés, con quien estés: como un amor despechado, acecharé noche y día entre los ciclistas de la ciudad, olisquearé las esquinas, registraré los aparcamientos del Boulevard, de La Concha, de San Marcial, mi calle, donde tantas y tantas veces me esperaste a la salida del despacho con enorme paciencia, aligerando mi cansancio de regreso a casa, tarde, con lluvia o frío. Recias y juntas.
Trek 730, una gran bicicleta verde botella que alguien me ha robado llevándose consigo el recuerdo de la tienda en la que la compré, varios accidentes provocados por terceros, cambios de ruedas y de frenos, un timbre redondo y oxidado. Si es cierto que eres un saldo de bicicleta, que tu valor de mercado es casi nulo ¿por qué te han separado de mí? ¿para qué?
Absurdas paradojas. En casa, ante mi disgusto, me han recordado que suelo hablar del desapego budista, de la necesidad de practicarlo para no sufrir, para incrementar la libertad y la independencia. Tienen razón y -sin embargo- te añoro. Te añoro con toda mi alma vieja amiga.
3 comentarios:
Hola Azucena,
El post "Te añoro" estoy seguro que será uno de tus capítulos preferidos del libro que confío, más pronto que tarde, publicarás...
Un abrazo,
Ander
Se me ha encogido el alma compañera. Solo te he visto una vez con tu Treck y era tan entrañable la imagen. No he podido dejar de conectar con un recuerdo, ya sabes... gajes de oficio. Me robaron en Italia, en un aventura mochilera, cuando tenía pelo y pesaba muchos kilos menos. Cuando soñaba mas de lo que sueño ahora. Me robaron en Septiembre lo que gane en verano con el primer sueldo. Una MAMIYA, REFLEX, mi primera maquina pagada con mi primer trabajo. Durante mucho tiempo se embotó mi creatividad. No hice más fotos. Hace unos años destiné el dinero de un bolo a una Nikon D-60, es mejor aparato, pero no es lo mismo. Me cura la herida. Te acompaño en el lamento.
la vetusta compañera!!!!!, hasta yo escribí en un post de tu afanado y brillante medio de transporte, dónde el vértigo del equilibrio juega un rol preponderante; ser de dos ruedas que te llevaban hacia..., sostén de equilibrio que te desplazaba de un punto a otro, y mientras disfrutabas del camino. Azucena piensa que tu compañera se soltó para ir sólo a dar una vuelta, es que quizo conocer otros caminos y ser sostén de otro, de un otro (que justamente le faltaba equilibrio)ese equilibrio del ser que nos diferencia entre buenos y malos, entre fuertes y débiles, entre amables y despóticos, simplemente entre el espacio y la tierra.
piensa que tu compañera está añorando la tibieza de tu cuerpo, y el rose de tus manos volanteando entre el atrás y el adonde vamos?...ella también te añora.
Se soltó,
la soltaste,
te la soltaron... arrebato al corazón que no podrás cambiar, sí podrás dejarte libre en emosión para añorar.
estoy segura que volveras a cruzartela en algún camino.
abrazo
andrea
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