lunes, 16 de agosto de 2010

Volar

Uno de los piropos más bonitos que recuerdo sonaba así: "... Eres como la llama de un candelabro que, para existir, ha de bailar y elevarse...". Hermoso si fuera cierto. Sin embargo, se trata de una entre mil frases de un libro de Milan Kundera, nacido en Brno, República Checa en 1929. Este intelectual debe tener ochenta y un años con los que me gustaría pasear este atardecer por la bahía.

La llama de un candelabro que, para existir, ha de bailar y elevarse. ¿Acaso el desarrollo del potencial es otra cosa que elevarse sobre la gusano-miseria de nuestros defectos?

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