sábado, 1 de enero de 2011

Paradojas del individualismo

Estreno año y vértigo ante la página en blanco. Ayer (último día del 2010) realicé el ya tradicional Mapa de los Deseos con imágenes y palabras escogidos-proyectados con primor (para el año entrante) mientras resonaba todo el tiempo en mi memoria la frase de un amigo muy querido "... los dioses nos castigan, concediéndonos lo que les pedimos...".

Las primeras horas vespertinas del 2011 las he pasado en Hondarribia (Fuenterrabía) en cuyo puerto reinaba el sereno sol de los festivos antes del desayuno. Apenas había transeúntes a las 10.40, momento en el que ha despegado el avión de mi hija de regreso a Rotterdam -tierra de adopción- donde le esperaban algunos amigos, la tortuga Casiopea, un montoncito de proyectos, el pálido cielo holandés y cuatro-seis grados bajo cero de manera permanente.


En esta ocasión, la sirena ha estado tan poco tiempo en casa que su tránsito semeja el paso de una estrella fugaz que ilumina-calienta unos instantes el firmamento de la noche para desaparecer de nuevo por mucho tiempo, meses. Sigue su camino como una flecha lanzada con la tensión-fuerza-esperanza del arco familiar pero fuera ya de nuestro control. Eso me recuerda las Paradojas del individualismo, libro escrito en 1993 por Victoria Camps que repaso antes de entrevistar a la catedrática y filósofa de la Universidad Autónoma de Barcelona.

Dice la autora que la ética consiste en el uso de la libertad compatible con los intereses de la comunidad. En una palabra, Victoria Camps aboga por defender el individualismo compatible con las exigencias de la vida en común (familia y sociedad). Paradojas.

La ex-senadora estará en Bilbao próximo día 20 de enero 2011 invitada por la Fundación Novia Salcedo. Disertará durante más de dos horas, y participará activamente en varios grupos de investigación y debate en una maratoniana jornada que se plantea con enfoque pedagógico y juguetón lo que le mantiene lúcida y entera a sus setenta años.

1 comentario:

Anónimo dijo...

En tu primer día del año nos hablas de silencio y anticipada nostalgia por la marcha de la Sirena, con esa calma que te caracteriza, mientras yo me pongo ante el espejo y veo a mis hijos con sus enormes maletas (...y decir que a mí me basta la de cabina!)salir aún muertos de sueño de su casa de Barcelona hacia el tren que les llevará a San Sebastián con su padre el resto de las vacaciones. Siento un gran alivio del tipo "misión cumplida" y "al fin sola"... y sin una gota de culpabilidad prepararé la mesa para compartir con las amigas los restos de deliciosos manjares que regaremos con los mejores vinos. Urte Berri On! G.