jueves, 30 de diciembre de 2010

Rue del Percebe

Ya estoy en la Rue del Percebe. Bueno... quizá ustedes no recuerden aquel cómic de los años noventa en el que aparecía una gran viñeta y varios personajes divertidos que compartían calle e incluso portal: la Rue del Percebe, número 13. A mi me gustaba mucho. Me he acordado de esta anécdota porque ya estoy "al cabo de la calle" -recuperada de una gripe malvada- a base de zumos, reposo, mimos, solidaridad de muchos clientes y amigos y algunos regalos que merecen mención de honor, tres en especial. Un libro titulado "Sopa de pollo para el alma" -cocinado por Itziar-, una caja de manzanas reinetas -cultivadas por Josean en su caserío- y un kilo de dátiles cuyas propiedades sanadoras del asma, la bronquitis o el catarro desconocía hasta ahora (por no hablar de su rico contenido en hierro, potasio, fósforo y vitamina A). También azucares, claro. Dejemos eso para otro día.

El caso es que esta mañana me he llevado algunos dátiles para energetizar la mañana laboral y he topado con uno tan gigantesco que era imposible introducirlo entero en la boca ¡enorme! Lo he mordisqueado poco a poco deleitándome con su pulpa carnosa, suave, dulce, natural, y ya en casa, he mirado la caja con curiosidad y he descubierto que han sido cultivados por granjeros del Valle del Jordán. Estos pequeños manjares son de la categoría groumet, naturales, sin aditivos, conservantes ni colorantes, y en su tapa roja pone Medjoul, tropical fruit, Categoría I entre dibujos de palmeras. ¡Muchas gracias Orfeo!

Ahora sólo cabe esperar que se fragüen a conciencia las propiedades afrodisíacas de los dátiles... y entonces tendremos la fiesta completa ;-D

No hay comentarios: