Con la luna voy... con la luna vengo... y en el camino ¡yo me entretengo! Los martes salgo de casa hacia Bilbao cuando aún es de noche y -al despedirme de la bahía- saludo a la luna colgada del Hotel Amara de la capital guipuzcoana. Después trabajo una media de diez horas y regreso cuando la luna ya despunta sobre el Parque Tecnológico de Zuazu (San Sebastián).
En el intervalo entre la luna que se esconde y la que emerge ocurren infinitas pequeñeces que configuran mi vida. Por ejemplo, coincidí accidentalmente con el momento en el el que el director del Museo de Bellas Artes de Bilbao, Javier Viar, visitaba la escultura de Botero instalada -a la altura de Kutxabank- en la Gran Vía de Don Diego López de Haro.
Algunos momentos casuales y aparentemente inactivos constituyen lo que el consultor empresarial Enrique Arce (*) denomina white spaces, espacios abstractos cuajados de potencial. En la empresa, los white spaces aparecen entre los "silos" de poder interdepartamental, lugares que a nadie pertenecen en exclusiva y que a todos pueden favorecer. Considera Arce que cuando los directivos no impactan sobre los "espacios en blanco" la organización pierde agilidad y capacidad competitiva.
El concepto merece una sutil atención. Retomemos el hilo: white spaces, espacios en blanco, fértiles por su transversalidad entre equipos, departamentos y personas; espacios en blanco en los que -si nadie interviene- perdemos rapidez de respuesta a necesidades del mercado, oportunidades de negocio, opciones de satisfacción y desarrollo del máximo potencial.
Cuando me formé con Alain Cardon, el experto francés estaba obsesionado con la exploración de las "interfaces" -concepto originalmente vinculado a las conexiones entre ordenadores-. Descubrí el brillo de sus ojos cada vez que en mitad de una master-class aludía a las interfaces como espacios reales y/o virtuales cuajados de potencial en estado puro.
(*) Enrique Arce es co-autor del libro Talento para crear valor, editado por PeopleMatters.
El concepto merece una sutil atención. Retomemos el hilo: white spaces, espacios en blanco, fértiles por su transversalidad entre equipos, departamentos y personas; espacios en blanco en los que -si nadie interviene- perdemos rapidez de respuesta a necesidades del mercado, oportunidades de negocio, opciones de satisfacción y desarrollo del máximo potencial.
Cuando me formé con Alain Cardon, el experto francés estaba obsesionado con la exploración de las "interfaces" -concepto originalmente vinculado a las conexiones entre ordenadores-. Descubrí el brillo de sus ojos cada vez que en mitad de una master-class aludía a las interfaces como espacios reales y/o virtuales cuajados de potencial en estado puro.
White Spaces en la empresa / Tierras de Todos y de Nadie/
Lugares de Fertilidad/ Opciones de Ventaja Competitiva/
Conexiones Improbables/ Interfaces ¡A explorar-trabajar!
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