domingo, 7 de abril de 2013

Liderar la propia vida


En mi facultad de periodismo nos enseñaban que las buenas noticias no son noticias. Entonces yo discrepaba. Sigo haciéndolo ahora que soy menos joven pero más combativa. Así que re-inicio el post:

Good news are news: En 2013, el 92% de ejecutivos españoles planifican contar con un Coach que les ayude/apoye/acompañe/inspire a desarrollar su liderazgo individual -y al frente de sus equipos- para mejorar los resultados empresariales, según una encuesta realizada por Odgers Berndston entre 200 CEO de la que se hace eco el rotativo económico Expansión.

El informe presenta algunos datos que coinciden con mi percepción -sin duda subjetiva- del sector en España entre 2002 y 2013, período en el que he estado en activo, trabajando a jornada completa en el entrenamiento empresarial, leyendo y publicando intensamente sobre tendencias internacionales, certificaciones, asociaciones... y ejerciendo de mentora, docente y conferenciante. Algunos datos del informe me resultan sin embargo escandalosos, poco reales, y fuera de contexto. Por ejemplo ¡las tarifas! 

Merece la pena dedicar seis minutos a profundizar en el artículo en el que diversas fuentes consultadas aportan su angular sobre el Coaching, desde mi amigo Luis Huete, en calidad de profesor de IESE Business School, hasta María López, presidenta de la ICF en España, pasando por Juan Carlos de la Osa, presidente del Institute for Coaching Psychology.


Ahora bien, seré honesta: el mero hecho de que un periódico económico se haga amplio eco de esta profesión -inexistente en nuestro país hace tan solo quince años-, de que consulte a interlocutores de prestigio, de que hable de las bonanzas probadas de tener un entrenador para mejorar el liderazgo y la motivación de los equipos es... ¡muy positivo! También algunos de los consejos que aporta para contratar un entrenador: que el Coach esté reconocido por la International Coaching Federation, ICF (con sede en USA), que haya sido directivo y liderado equipos, que posea una amplia formación académica "oficial" así como un manejo exquisito y fluido del lenguaje, sentido del humor y ética a prueba de bombas (y de cash flow).

Finalmente la radiografía nacional del sector consolida lo que es también una tendencia mundial: el entrenamiento se presenta básicamente como una profesión femenina (75% en Estados Unidos, 52% en España) y el 90% es personal externo de las empresas que contratan.

Dado que con frecuencia me gusta provocar -más intensamente cuanto más encorsetado sea el foro- durante años he venido afirmando con absoluta convicción  que la profesión se estaba prostituyendo... y -créanme que algo había de cierto-. Claro que el exigente mercado, el paso del tiempo (que devora la mediocridad), la profesionalización de las formaciones y las numerosas publicaciones especializadas, han corregido el rumbo. Al menos un poco ¡y lo celebro! 

Hay un bonito futuro para quien esté dispuesto a dejarse la piel en esta profesión porque merece la pena contribuir a la construcción de un mundo mejor desde el liderazgo de un equipo, una empresa, una ciudad o -sencillamente- de la propia vida.   Espero no me tilden de ilusa.

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