Hablo de la tamborrada de San Sebastián en la que se recuerda cómo ese histórico golpe de efecto consiguió ahuyentar al enemigo. Ya saben, muchos tambores redoblando día y noche por toda la ciudad consiguieron intimidar a los franceses quienes pensaron que se aproximaba un poderoso ejercito... Los efectos del ingenio ante la escasez de recursos (en este caso militares), de la unión de todos los ciudadanos, del instinto de supervivencia, del coraje y de la organización popular sin estructuras... Todo ello dentro de un tambor y dos baquetas.
¡¡Celebremos los no-cumpleaños!! se dice en el cuento de Alicia en el país de la mil maravillas. ¡¡Celebremos las no tamborradas!! mientras nos mantenemos unidos, al paso rítmico y firme de la evolución hacia nuestros objetivos, imbatibles al desánimo, al cansancio, a las circunstancias. En cualquier lugar del planeta seamos pueblos que avanzan con orgullo de sí hacia la felicidad posible, hacia la prosperidad posible.
Hoy en San Sebastián la fuerza del redoble es tal que la lluvia se ha escondido entre las nubes dando paso a media mañana a un sol cantarín y juguetón. Todo un pueblo dentro de un tambor y Sarriegui, mi amigo Sarriegui, sonriendo un año más ante la fiesta que confirma la magia del poder de la intención.
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