San Sebastián (nevando) hoy al mediodía, desde casa.
Estos ejemplares fashion tienden a caerse de mis manos aunque nunca los aparto sin leer por al menos dos razones: la primera es que no renuncio a encontrar aunque sea una idea valiosa, útil, inspiradora, o tan absurda que sirva como entremés en una reunión con mi mentor. La segunda razón es que me siento boba al haber "picado" en un producto de uso y consumo sin más trascendencia que la actualidad de su publicación.
Esta mañana, después de haber despiezado EL PAÍS y de haber hecho hasta el crucigrama, he retomado la lectura de un ejemplar que se presentó a bombo y plantillo en la capital guipuzcoana cuya autora es Silvia Damiano, una mujer encantadora, apasionada, y elocuente que -sin embargo- no ha conseguido volcar en Implícame la arrolladora fuerza de sus conocimientos de neurociencia y neuroliderazgo. Lástima, porque en persona Damiano seduce, fascina y convence.
Dado que me encuentro en un ambiente marino, "pesco" un par de ideas del volumen: las empresas con trabajadores implicados son hasta un 34% más productivas. La implicación es la conexión emocional intensificada que un empleado siente por su organización y que le lleva a hacer un mayor esfuerzo en su trabajo (definición de la Conference Board of Canada, en 2006). El porcentaje de trabajadores implicados (estudio realizado en todo el mundo) es del 29%; los no implicados representan el 54%; y "los distanciados" un 17%.
Estoy en la página 95. Continúo la lectura. Acaso -ojalá- me haya equivocado en la percepción y se trate de un volumen de esos que además de subrayar presto con entusiasmo a mis amigos.
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