Poco más que huellas de gaviotas y de perros en la playa, esta mañana de jueves santo. Ocho grados de temperatura en la bahía. Trece grados en el agua ¡vas a comparar! Me estoy convirtiendo en anfibio, le he dicho esta semana a mi cirujano que no entiende la excepcional velocidad de la curación de mi rodilla a base de mar y meditación ¿meditación? gritó en su lujosa consulta a puerta cerrada. A la salida, la enfermera me preguntó qué le había hecho al doctor.
Ayer por la tarde el soplido de Eolo barrio la ciudad de personas y paraguas: los turistas aún no habían llegado y los donostiarras ya habían tomado trenes y aviones con destino al más allá. El cielo se llenó de parapentes sobre el monte Ullía. Desde el salón de casa, durante la cena, contabilicé el zigzagueo de siete parapentes. Me entraron ganas de reír que permanecen tras el sueño reparador.
Esta mañana, en la ducha número doce del vestuario municipal de la playa me he sorprendido a mi misma canturreando la sonata del hilo musical y moviendo el culete como hace la nieta de Cloti de tres años en un vídeo reciente. Más tarde he decidido hacer un hueco a la cordura leyendo Marketing 3.0 donde Philip Kotler define el 3.0 como emocional y espiritual ¿espiritual?
Tras un rato de lectura en el Narru donde Manoli no daba a basto colmando de brioche las demandas de los clientes, he secado el sillín de mi Trek -recuperada tras el robo de un surfero- he cabalgado sobre la montura de dos ruedas hasta casa, he vaciado la mochila y sin darme cuenta he dado con el codo en La felicidad de la pobreza noble. Aunque tenía prisa por colgar el bañador en la terraza, no he resistido la llamada silenciosa de Koji Nakano (el célebre intelectual japonés ya fallecido) por lo que he abierto el libro con el método zahorí ¡donde caiga! Si una persona se siente satisfecha, aunque sea pobre, bien puede ser llamada rica. Pero si alguien posee una fortuna y tiene muchos deseos, bien puede ser llamado pobre. Cierro el libro y lo abro en otra página donde habla de vivir con modestia y pensar con grandeza. Esto sí es espiritual, y no las proclamas del gurú marketiniano Kotler. http://www.kotlermarketing.com/
http://en.wikipedia.org/wiki/Paul_Watzlawick
http://raulbarraltamayo.wordpress.com/2012/01/05/felicidad-de-la-pobreza-noble-koji-nakano/
Tras un rato de lectura en el Narru donde Manoli no daba a basto colmando de brioche las demandas de los clientes, he secado el sillín de mi Trek -recuperada tras el robo de un surfero- he cabalgado sobre la montura de dos ruedas hasta casa, he vaciado la mochila y sin darme cuenta he dado con el codo en La felicidad de la pobreza noble. Aunque tenía prisa por colgar el bañador en la terraza, no he resistido la llamada silenciosa de Koji Nakano (el célebre intelectual japonés ya fallecido) por lo que he abierto el libro con el método zahorí ¡donde caiga! Si una persona se siente satisfecha, aunque sea pobre, bien puede ser llamada rica. Pero si alguien posee una fortuna y tiene muchos deseos, bien puede ser llamado pobre. Cierro el libro y lo abro en otra página donde habla de vivir con modestia y pensar con grandeza. Esto sí es espiritual, y no las proclamas del gurú marketiniano Kotler. http://www.kotlermarketing.com/
http://en.wikipedia.org/wiki/Paul_Watzlawick
http://raulbarraltamayo.wordpress.com/2012/01/05/felicidad-de-la-pobreza-noble-koji-nakano/
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