jueves, 18 de mayo de 2017

¿Cuál es la competencia clave de liderazgo?



Este año estoy haciendo un maratón de proyectos. La intensidad de la experiencia es tal que apenas puedo digerir-integrar una cuando comienzo otra que termina y da paso a una tercera. El equipo de marketing  que habita en el celeste no descansa, y me lanza proyectos como granos de arroz a los novios: caen sobre mí esponjosos, blancos y bellos aunque ¡abrumadores!

Desde el año 2002 trabajo por el boca-oreja, es decir: por la recomendación de mis clientes a sus familiares, amigos y conocidos. Esta semana tengo un caso especial: Adela -que viene desde Vitoria y es la tía de uno de los empresarios con los que trabajo desde el año 2010-. La "tía Adela" es uno de esos personajes entrañables que los clientes traen al despacho en la confianza de que podré (y sabré) comprender sus desafíos profesionales. ¡Qué responsabilidad!

Adela ha sido una excepción en una semana donde han primado los equipos. En dos ocasiones me he desplazado a la Armeria Eskola de Éibar (Guipúzcoa) para impartir formación a una docena de directores de centros de formación profesional del País Vasco -unos profesionales cuya vocación de apoyo-ayuda a los jóvenes del territorio pudiera conmover al firmamento-.




Trabajar con ellos en el aula 222 con unos púpitres que recuerdan mi colegio de monjas ha sido una experiencia deliciosa por su aptitud (conocimientos) y actitud: curiosa, inquieta, participativa y juguetona. En la fotografía practican la escucha empática, las preguntas abiertas y la mejora de competencias relacionadas con el liderazgo. Es curioso que una y otra vez la comunicación despunte como la competencia clave del liderazgo. 




La comunicación es el vehículo de socialización humana, es el soporte que une o aleja a las personas, y es incuestionable para ejercer la influencia.

Claro que cabe preguntarse ¿qué es comunicación? Los radicales afirman que comunicación es "lo que el otro entiende". Los teóricos del management del siglo XXI  afirman que el 90% de las dificultades empresariales tienen que ver con la comunicación, y hasta mi amigo Álvaro González Alorda ha escrito un libro titulado The talking manager. Finalmente conviene recordar lo que descubrió el investigador Albert Mehrabian: que el 55% de la comunicación es gestual,  el 38% tonal y tan sólo un 7% verbal.

Afortunamente la mejora de la comunicación es algo que se entrena y que impulsa la carrera profesional de cualquier persona que no renuncie a la excelencia. ¡Sigamos pedaleando!
  

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