jueves, 23 de agosto de 2018

Lánzate a lo que temes



Este verano he nadado en el Cantábrico en más ocasiones que en los años anteriores y -sobre todo- he ido a la isla de Santa Clara reiteradamente lo que no había hecho con semejante intensidad desde que vivo en San Sebastián (2002).

La primera vez fui sola. Descubrí un lugar tranquilo, silencioso, habitado por cangrejos y gaviotas y donde era posible ver peces de todos los tamaños y colores que no se inmutan cuando nadas a su lado. ¡Fascinante! Aquel día el cielo estaba cubierto y casi nadie se había animado a tomar el barquito que va a la isla. ¡Un lujo!

Después he viajado a la isla acompañada por personas queridas con quienes me ha apetecido compartir lugares secretos, gaviotas favoritas, peces silenciosos que me ignoran y hasta la ducha imperfecta de agua dulce que te reconforta y alivia del salitre. 

Quienes me han acompañado a la isla han disfrutado y descubierto la magia de ese lugar que he podido compartir porque primero me adentré sola en lo desconocido. Esta tontería y evidencia hoy se me revela como una lección de vida: primero lánzate a explorar aquello que te atrae, temes o te llama la atención y después -quizá- puedas compartirlo con otros: huellas, surcos, senderos ¡también en el cielo y en el mar!


2 comentarios:

Seres queridos dijo...

Cuando estamos en el hacer cotidiano somos mareas vivas llenas de movimientos, a veces, impulsivos, ocultos, pero siempre con efectos, con posos.

Cuando estamos en el Ser somos como la marea que baja, nos adentramos en lo inexplorado y el hacer continua de otros modos seguimos procesando lo actuado o no,lo vivido o no y vamos integrando esos posos.

Luego esta el gran Hacer que solo podemos hacerlo con todo nuestro Ser. Y que sumerge inevitablemente a otros en el fondo marino de nuestra, su humanidad, la misma que nos une.

Da igual que forma tome esta Hacer, si es un post, una conferencia o una tortilla mágica, porque el Ser se encarga de que toda la riqueza de nuestros fondos aun con sus viejas caracolas deshabitadas y sus naufragios, muestren toda la belleza de otro ritmo, otra profunda y submarina humanidad.

Gracias por llevarnos un rato de tu mano a explorar fondos y posos, incluido este dulce y salado post con sabor y retro sabor a submarina humanidad. Y que nos invita a lanzar lo que haya que lanzar...en ello estamos. Gracias!

Azucena Vega Amuchástegui dijo...

¡Gracias por el comentario!Un abrazo, desde la bahía.