jueves, 3 de enero de 2019

La perspectiva mágica de la realidad



Ver las imágenes de origen

Acabo de ver "El regreso de Mary Poppins" y aunque me encantaría decir lo contrario ¡me ha decepcionado! Quizá porque mis expectativas eran altas. Tal vez porque la crítica cinematografica de María Tausiet -en la sección cultural de El País- ponía el film literalmente por la nubes de las que desciende el personaje literario creado por la escritora P.L. Travers, cuya primera versión data del año 1964 cuando fue llevada al cine por Walt Disney.

El largometraje es hermoso, tiene ritmo -aunque se ralentiza en la parte musical- y alcanza cierto climax estético en el baile nocturno de los faroleros.

Mary Poppins parece un poco rígida y levemente narcisista aunque llena de magia para volar, hacer hablar a los objetos o transformar una bañera en un océano habitado por barcos, piratas, peces y patos.

Algunas cuestiones merecen ser destacadas: la protagonista es una mujer con superpoderes y la tía de los niños (personaje secundario) también es una mujer independiente y fuerte que promueve manifestaciones en defensa de los desfavorecidos. También se incita a la lectura -aunque la tapa del libro sea fea- y finalmente -para no extenderme- los banqueros se dedican (literalmente) a robar las propiedades de los ciudadanos con maniobras ilegales. 

El film termina con final feliz y nos deja el chispeante y juguetón recuerdo de una Meryl Streep que encarna a la tía de Mary Poppins -una excéntrica maga que salta, baila, canta y ve el mundo al revés-. Una invitación al espectador adulto para que ver la realidad desde otra perspectiva, en este caso ¡mágica! Finalmente un último detalle: salí del cine con algunas palomitas de maíz dentro de mi bolso. Prometo que no eran mías.


No hay comentarios: