domingo, 2 de octubre de 2011

Troyanos en Zaragoza

En ausencia de viento, a la salida de Zaragoza, un escuadrón de molinos quietos saludaban mi despedida de la capital maña, una tierra noble en la que he percibido "hambre de conocimiento" como en ningún otro lugar.

Kilómetros de llanura tras un camión de Pikolín -en franja contínua- con un sol otoñal a mi espalda, dan para reflexionar a gusto sobre las 16 horas compartidas de participación genuina.

Muchos campos de vid después (llaneando por Olite) una emoción dulce y agradecida repicaba en mí como las campanas de la Pilarica, al mediodía.

Encerrados en el salón Gargallo (del Zenit Don Yo) 16 personas hemos reído, sudado, pensado, aprendido y enseñado juntos como un equipo que entrena habilidades y competencias. Sabe lo que dice Ana al afirmar que en Zaragoza hay "una masa crítica" afín al Coaching Profesional que puede convertirse en punta de lanza de la transformación social por la que también apuestan con vehemencia Carmen, San Román, Paco, Alberto, Marta-Ana... Volveré, estoy segura, porque han despertado un latido en mi corazón de piedra-hojalata, un tic-tac expectante de sensaciones compartidas.

A la altura de Urbasa aún me cegaban los flashes del recuerdo: el intenso olor a lilium llenando por completo mi estancia debido al delicado ikebana que me regalaron; un post it naranja con la afirmación de que "el liderazgo hay que ejercerlo con cabeza y corazón"; la emoción apenas contenida de Ramón ante un feedback honesto sobre su destino; los bombones de Patricia y el Caballo de Troya por el que volvió a preguntar Ana. Ya conocen la historia: en el interior del Caballo de Troya (construido por los griegos como regalo para la diosa Atenea) se escondía un ejército que derrotó a los troyanos una vez burladas las murallas de la ciudad. Intuye Ana la potencialidad del Coaching para propiciar la evolución de la humanidad hacia valores trascendentes bajo la "estratagema" del Entrenamiento Empresarial... ¡Panda de troyanos!

2 comentarios:

Inés dijo...

Que bueno Azucena. Te escribe una troyana. Efectivamente, el cierzo, esta vez todavía de vacaciones,o una alta dosis de locura y esperanza, nos están empujando a los Aragoneses a cambiar el mundo a través del coaching.
Hemos disfrutado contigo estos días de taller maratoniano, has pasado de profe a ser una de nuestras maestras. Siempre recordaré nuestro baile final. Valoro muchísimo que tengas para cada uno un momento y una mirada especial, exclusiva y en la diana de su identidad. Eres un sol. Cuidate mucho.Hasta pronto y GRACIAS.

H dijo...

Ciertos virus informáticos también se denominan así. Parece que todo sistema, de cualquier tipo, lleva un troyano dentro ¿será la simiente del cambio?
Me ha encantado. Bicos,

H