miércoles, 1 de diciembre de 2010

Vestigio de un mundo amable

Hay muchos mundos pero están en éste y a veces -por un instante- desaparece la delicada cortina que los separa y se entrevé el otro lado: la trascendente belleza de lo efímero perfecto, el sublime sonido del genial Tschaikovsky y su Serenade in C op.48 compuesta en el lejano 1880 y hoy sentido hasta las huesos en la Jurriaanse Zaal, De Doelen, Rotterdam. Hay mundos aparentes, ocultos, burdos, sutiles y todos -absolutamente todos- encarnan cuerpos, nombres, profesiones, fortunas e imperios.

Sentada en la fila 4, asiento 14, butaca granate, de vacaciones en Holanda, he añorado que estuviesen allí los equipos que entreno para integrar -sin una sola palabra- conceptos trascendentes sobre la conjunción perfecta entre el talento individual (en su máxima expresión) y equipo que trabaja acompasado, tanto... que parecen un sólo cuerpo. La llamada "conectividad" hoy era visible en la Orquesta de Cámara del Codarts. Mirarse, reirse y conectar, pasar la página de la partitura en silencio y conectar, tocar forte o piano y conectar: un sólo y completo cuerpo musical dirigido por Gordan Nikolic y entonado por un puñado de músicos de la élite europea, aunque alguno sea japonés o serbio.

Los músicos en general y Gordan en particular estaban tan centrados que podía observarse una cuerdita saliendo de su cabeza (coronario) y conectando con el buen Dios que hoy sí que estaba allí. Marionetas de lujo al servicio de la música, conectando la barbarie del siglo XXI (tan real fuera de la sala de conciertos) con el mundo amable de Teleman, Vivaldi y Haydn, siglos XVII y XVIII respectivamente.

El alma de los espectadores anclada en las butacas se sacude el polvo ancestral de la desidia, y se rinde ante un puñado de locos que luchan afanosamente por ser felices haciendo lo que aman con la máxima perfección, cada día e instante. Todo un modelo referencial para mí, los equipos, y acaso el mundo que quiera escuchar las verdades a voces que llegan de todos los rincones de la tierra. Hoy, en formato musical.

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