viernes, 12 de abril de 2013

Ni Proveedor ni Cliente ¡Persona!


Todo ha comenzado a las 9.30 de esta mañana en ArbatBilbao (Calle Botica Vieja de la capital vizcaína) cuando una veintena de consultores, entrenadores organizacionales, filósofos, informáticos y profesores universitarios hemos acudido a la convocatoria de María Carrascal para disfrutar con la presencia de Manel Muntada.



Muntada es un abanderado de la Consultoría Artesana, un concepto que viene a ser el "traje a medida" del que yo hablaba en el año 2002 en las primeras presentaciones del concepto Coaching en el País Vasco (Cámaras de Comercio de Bilbao y San Sebastián + Colegios Vascos de Economistas de Guipúzcoa y Vizcaya + Adegi...). 

Frente al pret a porter de la consultoría tradicional, yo me desmarcaba hace ya once años hablando del "traje a medida" que no es otra cosa sino atender las necesidades de las personas de esta organización, en este momento, con esta cultura corporativa, en esta coyuntura económica, con estos valores practicados, este modelo de liderazgo, y ante este encargo concreto.


Con un cerrado acento catalán, Muntada ha compartido su power point acompañado con un verbo fluido, un guión fresco mentalmente estructurado, y un puñado de idas-propuestas que denomina "en beta"  o inacabadas porque siempre están a falta de la última revisión-aportación-aprendizaje-reflexión en la creencia de que en la consultoría -como acaso en la vida- casi nada es una verdad absoluta y eterna, sino cambiante y orgánica. Este consultor artesano da clases en las universidades de Córdoba y Granada y su torpe aliño indumentario le hace próximo a los alumnos veinteañeros y hoy también a nosotros que en general superábamos la cuarentena. Aunque su cercanía no se debe sólo a su camisa de cuadros, sino a su desnudez en la actitud y ausencia de arrogancia así como a un compartir a chorro durante las cuatro horas largas que ha sostenido con interés propiciando la participación y el debate.


Resulta complejo resumir -sin desvirtuar- el ideario hoy compartido por Muntada. Es algo que tampoco apetece. Tan sólo destaco algunas ideas-relámpago que me han gustado especialmente o que constituyen un buen titular: 

Tras el paso de algunas consultorías, las organizaciones quedan esclavizadas a las herramientas de los procesos, o de los planes de calidad... Dice Muntada que le gusta poner a la persona en primer plano, porque la gente ha de pintar el futuro de aquello que directamente le afecta. La principal resistencia al cambio organizacional suele estar en aquel que lo lidera. Mantener con los clientes conversaciones filosóficas. Por último, ha compartido algunos de sus valores (hasta que nos ha alcanzado el tiempo y ha parado el power point): la franqueza, la practicidad, la simplicidad, la relación persona a persona más que cliente-proveedor y la utilidad (o propósito) de aquello que uno hace.   


¡Gracias Manel! Ojalá volvamos a vernos  ;-D

1 comentario:

Manel Muntada dijo...

Es curioso como un concepto tan sencillo y aparentemente tan atractivo como ese del que ya hablabas hace diez años y que continuamos contrastando el viernes pasado, sea todavía tan subversivo hoy en día. A menudo no puedo evitar pensar que en el fondo hay un profundo desconocimiento de las “propias medidas”, una falta absoluta de interés en conocerlas o la creencia de que las propias medidas vienen dictadas por el entorno. Ahí hay algo que suele escapársele a la intervención estándar en consultoría y a lo que hay que prestarle una especial atención si de verdad se busca y pretende ese “desarrollo” organizativo del que tanto se habla.

Cada vez más necesito macerar ciertas experiencias antes de sacar conclusiones, me suele pasar lo mismo con las respuestas a muchas preguntas. Ando dándole vueltas todavía a ideas y sensaciones que emergieron el viernes pasado y que probablemente traduzca torpemente en un post. Pero me doy clara cuenta de que la calidad y profundidad de este [mi] aprendizaje se debe a la oportunidad de haber podido abrirme a personas como las que estabais ahí y al abrigo cálido de contactos profesionales como el tuyo. Estoy absolutamente convencido de que son aquellas personas con las que trabajo quienes me brindan la oportunidad de que saque lo mejor de mí. Así que, muchísimas gracias a ti Azucena. Un abrazo!